Un psicologo aquí, por favor.........

Para los argentinos todo es blanco o negro, no hay términos medios ni posibilidad de error. Muchas veces esta forma de ver las cosas solo juega en contra de nuestro propio futuro. Estaremos necesitando ayuda profesional?

Durante estos 8 meses del ano 2000, el mercado local ha pasado de la esperanza a la euforia y de allí al pesimismo total. Y esto no es solo obra de los factores externos como ser las subas de tasas, la escalada del petróleo o los subsidios a las materias primas. Hay mucho mas factores propios de esta sociedad que producen tanto o más estragos que las propias equivocaciones del equipo económico.

Obviamente es difícil sacar a un país de una crisis profunda y de larga data, sobre todo cuando el sistema de gobierno no cuenta con todo el poder necesario. Sin embargo el actual gobierno Aliancista, no solo perdió uno de los valores más importantes que es el apoyo de la sociedad, sino que perdió tiempo y eso es algo que los mercados no perdonan. Por tal motivo el arranque de la gestión de De la Rua, se presentó optimista y con grandes expectativas centradas en un cambio radical de la política social llevada a cabo hasta ese momento. Después de algunos meses asistimos con mucho desanimo a la dura realidad que mostraba un opaco comienzo para los primeros meses del 2000 y un panorama complicado ante los compromisos asumidos con el FMI y los resultados obtenidos hasta el momento.

Alzando las voces

La sociedad comenzó entonces a reclamar mas presencia, mas dinamismo y obviamente un programa de gobierno previsible que permita planificar los pasos a seguir a nivel nacional y por ende cada individuo podría comenzar a trazar el rumbo de su economía particular.

Ese empuje reclamado desde la sociedad abrió los ojos de los dirigentes quienes rápidamente determinaron que ante la imposibilidad de aumentar la recaudación, la prioridad era disminuir el gasto.

Entonces nació un paquete de ajuste muy fuerte que llevó a varios sectores a entrar en conflicto directo con el nuevo gobierno y si bien esta medida era de las más impopulares, era absolutamente necesaria y el mercado lo entendió así. Por lo cual tras los anuncios varios analistas pronosticaron una mejora sustancial en la economía domestica para el corto plazo.

Sin embargo el plan no funcionó, y lo que es mucho peor, termino por deteriorar la confianza de todos los sectores. Tanto los perjudicados como los beneficiados. Primero porque aquellos que fueron afectados por las reducciones de sueldo levantaron sus voces de protesta. Segundo porque ante los diversos reclamos, muchas medidas fueron levantadas, tercero porque el gobierno demostró debilidad para defender sus propias leyes y por ende esto denota inestabilidad jurídica, ya que ninguna de las normas vigentes se ven hoy como sólidas y firmes en el tiempo puesto que mañana alguien puede solicitar un cambio y dicha solicitud puede prosperar.

Una palabra, muchas consecuencias

Esto llevó a los mercados a una gran depresión. Y aunque utilicemos la recaudación, las ventas, las exportaciones o el empleo como excusa, la causa es mucho más simple. INCERTIDUMBRE. Eso es exactamente lo que aprecia hoy la sociedad, los inversores y los analistas, tanto locales como extranjeros. Ante tal problema sobre la imprevisibilidad del gobierno, la economía cae automáticamente en un letargo que puede extenderse mucho mas allá de nuestras previsiones puesto que ahora la tarea es doble. No solo hay que reconocer que lo hecho ha estado mal, sino que hay que rehacerlo bien y mostrar los resultados.

Así como se han desarrollado las cosas, las empresas no vendrán al país pues ninguna regla escrita hasta hoy parece ser lo suficientemente respetada como para mantener su vigencia. Si no llegan inversiones, no hay empleo. Si no hay empleo no hay gasto. Si no hay gasto no hay recaudación. Si no hay recaudación se paraliza la asistencia social. Si no hay asistencia aumenta el malestar y por ende la economía se retrotrae mucho más.

Y la plata, donde esta.....?

Los últimos datos conocidos sobre ahorro y depósitos de argentinos a nivel mundial dieron una acabada muestra de los síntomas de la sociedad. Mas de 200.000 millones de dólares en poder de argentinos residen en las entidades financieras locales e internacionales junto a varios millones bajo el colchón. Toda esta masa de dinero es dinero improductivo. Divisas que han salido del mercado productivo y consumidor para refugiarse en la seguridad de una tasa de interés. Si bien como negocio, no es de los mejores, es seguro y los capitales buscan un mínimo de seguridad, de otra forma se retiran del sistema. Justamente esa seguridad es la que hoy falta en la política nacional. Hasta se llega a tal grado de incoherencia que muchas de esas divisas están invertidas en bonos del gobierno con tasas superiores al 12 % mensual. Tal incongruencia demuestra que el inversor no desconfía del país y sus cumplimientos, sino de los hombres que hoy digitan las reglas de juego y muchas veces sin el más mínimo indicio de sentido común.

Ningún país civilizado pondría en tela de juicio las tarifas acordadas para los servicios, los plazos predeterminados de obras o las normas de ajuste en la facturación. Simplemente porque la mayoría de estas empresas invirtieron en el país justamente basados en muchas de dichas cláusulas estipuladas en el contrato. Poner en discusión un contrato firmado es poner en peligro las inversiones ya realizadas, correr el riesgo de afrontar un juicio por incumplimiento y quizá lo más grave de todo, es espantar definitivamente a cualquier otra compañía a invertir en nuestro suelo.

Nadie puede hacer magia de la noche a la mañana y mejorar todo, sin embargo, SI se puede tomar la decisión incorrecta y estropear todo. Recordemos que al país le tomo mas de 8 años convertirse en una república creíble y con presencia en el mundo, si hoy cuestionamos todo lo hecho en lugar de construir con vistas al futuro no solo no progresaremos sino que tiraremos por la borda el gran esfuerzo de toda una población.

Silencio fatal

Muchas veces nos hemos preguntado el porque de algunas medidas y el porque no de otras. Pues aquí hay un problema fundamental y es la comunicación. Si una administración no sabe difundir sus motivos, logros y actitudes en forma rápida y eficiente, automáticamente abre el juego a especulaciones, teorías y suposiciones que en mas de una oportunidad permiten suspicacias que no deberían existir.

Es fundamental que además de gobernar correctamente, se hable correctamente y se explique correctamente. Porque desde la asunción del nuevo gobierno muchas cosas buenas han sucedido y muchas otras que en principio fueron mal vistas, demostraron ser correctas con el paso del tiempo. Sin embargo esos logros no fueron valorados en su justa medida, debido a esa falta de comunicación que dejo pasar éxitos importantes y puso en tela de juicio muchas resoluciones que hoy son recordadas por sus especulaciones iniciales y no por sus resultados definitivos.

Exigente yo?

La sociedad argentina es una de las más complicadas. Muchas veces escuchamos decir que no existen términos medios o se es el mejor o el peor. Así es en el fútbol, así es en el trabajo y así es en la economía también. Las cosas están perfectas o no están. Así es como la gente lo aprecia y por ende el más mínimo desliz automáticamente convierte todo de positivo a negativo. Así fue cuando el déficit tuvo una distorsión de 3000 a 3500 millones a pesar de que el déficit del año anterior supera los 8500 millones. Así fue también cuando el crecimiento pasa del 3.5 a 3 % anual aunque el país estaba en un pozo depresivo desde 1998. Así es cuando la recaudación aumenta en forma leve, después de varios meses de descenso constante. Por lo tanto podemos sacar una conclusión rápida de todo esto. La sociedad no admite un resultado menor al pronosticado, los errores se pagan con creces aunque sean ínfimos y por ultimo una promesa incumplida solo produce un efecto doblemente contrario al buscado. No solo se descree de las proyecciones incumplidas sino que además se ponen en duda cualquiera de las ya cumplidas y todas las demás que aun no se han llevado a cabo.

Todos somos víctimas y todos somos culpables. Nadie puede sentirse eximido de este contexto puesto que de una u otra manera nos contagiamos y terminamos cayendo en la trampa del facilismo . Todo esta mal, nadie es capaz de arreglarlo y no hay resultados positivos que justifiquen mi aprobación.

Hemos puesto mucho esfuerzo para lograr posicionar a un país caído, pensemos dos veces antes de hablar, antes de actuar y antes de formar nuestra opinión, hay mucho mas que un gobierno o un resultado económico en juego. Estamos resolviendo nuestro futuro.

Jorge Alberti

elaccionista.com